El agua
Se estima que el cuerpo humano necesita 3 litros de agua al día, que pueden ser consumidos de diversas formas. Aproximadamente litro y medio puede ser obtenido de alimentos sólidos como las frutas y las verduras que aportan cantidades importantes de agua, el otro litro y medio lo debemos ingerir a través de bebidas.
El agua es indispensable para la vida, para el correcto funcionamiento de la célula, beberla en suficiente cantidad puede ayudar a mejorar diversos males como: cansancio o debilidad general, estreñimiento, fiebre alta, intoxicación, deshidratación y problemas de hígado o riñón; en algunas zonas de las grandes ciudades, resulta difícil obtener agua de buena calidad.
De acuerdo a los análisis microbiológicos realizados a algunas aguas de garrafón, el líquido embotellado no siempre cubre con las normas sanitarias para su consumo. Una forma sencilla de obtener agua para beber es hirviéndola durante 5 minutos aunque su sabor no suele ser muy agradable ya que se concentran sales y algunos minerales.
Es necesario tomar medidas de desinfección que proporcionen la seguridad de que el agua que se ingiere esta limpia. Las bacterias pueden provocar diarrea, cólera, fiebre, tifoidea o infecciones gastrointestinales.
En algunas localidades el agua que se recibe de la tubería contiene metales que pueden perjudicar la salud por lo que hervirla no es suficiente. Se necesita que pase por pequeños filtros de carbono que eliminan los metales pesados y el exceso de sales minerales mejorando el olor y el sabor de este líquido vital.
La Secretaría de Salubridad encontró que el agua de algunas tuberías contiene plomo, nitratos y minerales radioactivos como el radio y el uranio.
El exceso de plomo provoca trastornos de aprendizaje y conducta y lesiona los riñones.
Los nitratos pueden provocar cianosis tóxica y daños sanguíneos. El radio favorece el cáncer en los huesos y el uranio trastornos renales.
Para estar seguros de que el agua que se utiliza en nuestros hogares es de buena calidad debemos confiarnos a sistemas prácticos que nos permitan filtrar el agua eliminando bacterias y metales pesados. Es muy importante cambiar el filtro por lo menos cada dos meses para que no se sature y nos ofrezca la máxima seguridad.
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