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Arterias sanas con ácido fólico

Aumenta el consumo de ácido fólico


Estudios científicos recientes han relacionado la deficiencia de ácido fólico con una amplia variedad de enfermedades cardiovasculares, como la arterioesclerosis, bloqueo de las arterias, ataques cardiacos, derrame cerebral y defectos cardiacos congénitos.

El consumo adecuado de ácido fólico disminuye el nivel de homocisteína en la sangre, un  aminoácido que está relacionado con el deterioro de las células que cubren las paredes de los vasos sanguíneos. Para disminuir los niveles de homocisteína los científicos recomiendan tomar por lo menos 400 mg de ácido fólico al día.

Un equipo de investigadores de la Universidad de Washington llegó a la conclusión de que anualmente,  50,000 muertes debido a enfermedades arteriales podrían evitarse si se disminuyera la presencia de homocisteína  mediante una mayor ingestión de folato.

Por ello es recomendable consumir alimentos con un alto contenido de ácido fólico como levadura, frijoles, alubias, coles de Bruselas, brócoli, espárragos, germen de trigo, copos de trigo y  germinado de soya.

Algunas estimaciones indican que la deficiencia de ácido fólico puede desencadenar entre 30 y 40% de los ataques al corazón y derrames cerebrales que sufren anualmente los estadounidenses.

Estudios realizados en 1995 revelaron la relación  existente entre los niveles altos de homocisteína y la obstrucción en las arterias carótidas, los vasos que abastecen al cerebro.

Otros informes revelaron una correlación  entre los niveles altos de homocisteína y el endurecimiento de las arterias. De hecho, en 25% de los pacientes y en 40% de las víctimas de derrames cerebrales existen   niveles altos de homocisteína.

En el American Journal of Pathology, el doctor McCully aportó algunos  datos muy interesantes: la homocisteína puede dañar al organismo provocando un efecto tóxico en los vasos sanguíneos. En otras palabras, los desgarra y los rompe, permitiendo la acumulación de placas y obstruyéndolos.

Las homocisteínas  provienen de la descomposición de otro aminoácido, la metionina, que ingresa a nuestro  organismo cuando comemos carne. Por ello, reducir el consumo de este alimento y limitarlo a dos veces por semana disminuye la presencia de la homocisteína en nuestro organismo.

El nivel de homocisteína depende de la presencia de la vitamina B en el organismo. Quienes mantienen bajos los niveles de esta vitamina poseen también una alta concentración de homocisteína.

Recientemente, se evaluaron muestras de sangre de 40,000 mujeres postmenopáusicas sin enfermedades cardiovasculares. Durante el seguimiento se encontró que quienes poseían los niveles más altos de homocisteína en la sangre  sufrieron más del doble de infartos, de  cirugías y de otros problemas cardiovasculares en comparación con aquéllas cuyos niveles se encontraban bajos.

Otro  estudio, realizado a lo largo de ocho años, evaluó a 21,000 británicos adultos. El resultado señaló que el riesgo de desarrollar enfermedades cardiovasculares es tres veces mayor en hombres con niveles altos de homocisteína que en quienes los tienen  bajos.

Diversas pruebas de laboratorio han demostrado que un nivel alto de homocisteína daña las paredes arteriales permitiendo la cicatrización y la acumulación de colesterol. Un aumento en los niveles de  homocisteína también eleva el riesgo de que se formen coágulos en las arterias.

El organismo necesita de un buen número de enzimas para convertir la homocisteína en una sustancia que puede ser excretada a través de la  orina. Para que estas enzimas realicen su función se requiere de las vitaminas que se encuentran en el complejo B. La mayoría de las personas con altos niveles de homocisteína en la sangre  consume dietas pobres en ácido fólico, vitamina B6 y  vitamina B12. 

Algunas veces los niveles altos de homocisteína se deben a una deficiencia hereditaria en la producción de enzimas o bien a niveles bajos de la hormona tiroidea, enfermedades renales y lupus.

Para disminuir los niveles de homocisteína en la sangre aumenta tu consumo de ácido fólico y complejo  B. 

Para ello es importante consumir vegetales verde oscuro como las espinacas, los berros y las acelgas, así como frutas y leguminosas:  frijoles, lentejas y chícharos; además cereales fortificados con ácido fólico.

También puedes considerar el tomar un suplemento multivitamínico que contenga 400 mg de ácido fólico así como vitamina B6 y B12.